Al comienzo estuvo el canto coral “Sólo tu gracia necesito”. Este himno ya había conmovido profundamente a la congregación desde el inicio. Expresaba que la gracia de Dios es lo más importante: quien la tiene, no carece de nada; quien no la tiene, carece de todo.
Especialmente en el Día de Acción de Gracias se hace evidente cuánto depende todo de su gracia. Porque no sólo los frutos del campo o el fruto del trabajo son dones de Dios, sino que toda la vida está sostenida por su bondad. Y si Dios concede su gracia, ¿por qué habrían de dudar los hombres de que seguirá cuidando de ellos?
El texto bíblico provenía de la carta del apóstol Pablo a los Colosenses 3, 17: “Y todo lo que hagáis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.”
Así, Acción de Gracias significa mucho más que dar gracias por el pan de cada día. Significa gratitud por todo: por cada acción, cada palabra, por toda la vida. Todo lo que hacemos, con palabras o con obras, es una expresión de nuestra gratitud hacia nuestro Padre celestial.
Nuestra diaconisa cerró el servicio divino de manera hermosa con su aporte de palabras. También participó el coro mixto, un dúo y un solo de flauta travesera acompañado por una soprano.
Después hubo un bufé frío con café, deliciosos pasteles y también bocados salados. Los asistentes al servicio –entre ellos 15 invitados– disfrutaron del encuentro fraternal.
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