Queridos lectores,
Pedro preguntó una vez a Jesús: “¿Cuántas veces debo perdonar?” Jesús respondió: “El Reino de los Cielos s parece a un rey que tenía un siervo que le debía diez mil talentos de plata y no podía pagar. El rey ordenó que est siervo vendiera a su esposa, a sus hijos y todo lo que tenía para saldar la deuda. Entonces el siervo se postró ante él y le suplicó: ‘¡Ten paciencia conmigo!’ El rey tuvo aún más compasión y le perdonó toda la deuda. Pero aquel siervo salió y se encontró con otro que le debía cien denarios. Lo agarró, lo estranguló y le dijo: ‘¡Págame lo que me debes!’ Y lo hizo encarcelar. Cuando el rey se enteró, mandó llamar al siervo y le dijo: ‘Yo te perdoné toda tu deuda, ¿no deberías tú también haber tenido compasión de tu compañero, como yo la tuve de ti?’ (Mateo 18, 21-35)
Es impresionante. Se habla de un hombre que acumuló una deuda de diez mil talentos de plata. Eso equivale hoy a unos 12 mil millones de euros; necesitaría unos 400.000 años de trabajo para pagarla. Este hombre se encontró con un compañero que le debía cien denarios, es decir, unos 9.600 euros: apenas una 125 milésima parte (= 0,000008 o una milésima de un por ciento) de lo que a él le fue perdonado. No tiene sentido humano. ¿O sí?
Es cierto que las deudas se pueden exigir. Pero Jesús lo dijo en un sentido universal: solo quien está dispuesto perdonar, recibe también perdón de parte de Él. Puede que esto no encaje con la mentalidad actual. Pero Dios quiere que en el Reino de los Cielos las personas piensen de otra manera...
Saludos,
Wolfram Laube