Queridos lectores,
En Adviento y Navidad, a la gente le gusta encender velas. Axel Kühner (pastor y autor alemán de literatura espiritual) dice que la luz tiene para nosotros un mensaje séptuple:
1. Silencio solemne – La vela arde en silencio. No grita. Dios entra en el mundo en silencio. Su amor es un silencio solemne. Pero su luz prevalece frente al estruendo de los ejércitos, los gritos de las multitudes y el ruido de los paganos.
2. Resplandor gozoso – La luz titila alegre y vivaz. Irradia claridad y alegría. Incluso una pequeña luz es más fuerte que la oscuridad de una gran sala. Una palabra del amor de Dios lleva un resplandor gozoso a los rostros y a los corazones.
3. Calor reconfortante – La llama calienta y transmite una sensación de seguridad y bienestar. Nos sentimos en casa cuando percibimos el amor de Dios en nuestro propio cuerpo. Bajo el cálido amor de Dios, nuestras vidas tensas se relajan. Somos redimidos.
4. Cambio constante – La luz permanece quieta y, al mismo tiempo, está en continuo movimiento. Los colores y las formas cambian. La luz de Dios es serena y dinámica, siempre nueva, siempre distinta, sorprendente.
Y ahora seguramente todos pensarán: ¿Dónde están los demás mensajes? ¿No eran siete? Pues bien, los revelaré al final de los servicios de los domingos que quedan hasta Navidad. Así que, si vienen cada vez, escucharán los siete mensajes.
Dios nos espera en cada servicio. Siempre tiene algo nuevo preparado. Un mensaje cada vez.
¡Deseo a todos una maravillosa, alegre y esperanzadora temporada de Adviento y Navidad!
Saludos,
Wolfram Laube
