El domingo, 1 de mayo 2016, tuvimos un Servicio Divino muy bonito y alegre: invitados que ya visitan los Servicios Divinos durante bastante tiempo fueron adoptados en la comunidad. Nuestro Evangelista servió con una palabra de Romanos 5,5: “y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.”
Explicó que esta esperanza no es como una esperanza que a veces expresamos cuando “esperamos” por ejemplo un puesto de trabajo o “esperamos” un buen resultado en un examen. No tenemos ninguna garantía en tales esperanzas. La esperanza que se menciona en el palabra de texto se funda en las promesas de Dios y en la confirmación por Jesús “… vendré otra vez y os tomaré conmigo; para que donde yo estoy, allí estéis…”
A través del Espíritu Santo, dijo, hemos recibido la vida divina, que ha sido derramado en nuestros corazones, en el “centro de decisiones” de nuestro ser. ¿Y qué es Dios? ¡Dios es amor! ¿Cómo funciona el amor de Dios? ¡Dios siempre es el dador! Él da sin condiciones, sin compensación. Ahora, si el amor de Dios está en nuestro corazón, en el centro de toma de decisiones de nuestro ser, entonces, consecuentemente, nuestras decisiones y comportamientos estarán marcados por el amor. Si verdaderamente amamos, tendremos que dar sin esperar nada a cambio.
Al final del Servicio Divino 6 invitados fueron adoptados a la comunidad. En realidad, hubieran sido 7, pero uno de ellos, un hombre que está en una edad avanzada, tuvo que ser ingresado en el hospital unos días antes. Ahí expresó el deseo de ser adoptado enseguida ya que, como dijo a nuestro Dirigente de la Comunidad, no sabía si iba a ser dado de alta otra vez. Por lo tanto la adopción se llevó a cabo en el hospital. Mientras tanto se encuentra algo mejor. Un total de 7 almas fueron entonces recibidos en la comunidad, algo que fue una gran alegría para todos los 68 participantes, entre ellos 19 invitados y amigos.